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35 x 25 x 32 cm
Viejas amigas ajadas por mil batallas sufridas, muchas veces derrotadas y casi siempre malheridas.
Es entonces y no antes que empieza a comprender que tantas vidas segadas no han servido para nada.
Si no podéis acariciar y prender todo lo que encontráis no derrochéis vuestro esfuerzo en herir, si acariciando otra piel podéis hacernos sentir que todavía vivís.